El 5 de septiembre de 2023 se cumple un año desde el fallecimiento de una de las figuras más emblemáticas de la televisión española, María Teresa Campos. Durante más de cinco décadas, María Teresa se destacó por ser una periodista pionera y una presentadora icónica, convirtiéndose en un referente para varias generaciones. Sin embargo, el legado que dejó a su paso se ha visto, para muchos, ensombrecido por las controversias que han surgido a raíz de su muerte, protagonizadas principalmente por sus hijas Terelu Campos y Carmen Borrego, así como su nieta, Alejandra Rubio.

A lo largo del último año, las hijas de María Teresa han ocupado titulares en la prensa y han sido tema recurrente en programas de televisión. Muchos se preguntan si estos homenajes constantes realmente honran la memoria de la fallecida comunicadora o si, por el contrario, son una forma de explotar mediáticamente su figura y su legado para obtener beneficios personales y económicos.

Desde el mismo día del fallecimiento de María Teresa Campos, se han llevado a cabo diversos homenajes en su honor. Programas de televisión, artículos en revistas y hasta misas conmemorativas han sido parte de un esfuerzo por recordar a la periodista. Sin embargo, para algunos críticos, estos eventos han llegado a un punto de saturación. A medida que se acerca el primer aniversario de su muerte, la sensación de que estos homenajes son más un espectáculo que un tributo genuino ha ido creciendo.

Durante el especial emitido en La 1 de Televisión Española, el 4 de septiembre de 2023, las hijas de María Teresa tuvieron una participación mínima, lo que contrastó con su presencia habitual en otros espacios mediáticos. El programa, a pesar de estar bien producido, solo logró un 5,9% de cuota de pantalla, un dato considerablemente bajo para tratarse de una figura tan relevante como María Teresa Campos. Este descenso en audiencia ha sido interpretado por algunos como una señal de que el público está empezando a cansarse de ver a las hijas de la periodista protagonizando constantemente especiales en los que, en ocasiones, el foco parece estar más en ellas que en la homenajeada.

Las hijas de María Teresa han sido las principales portavoces del legado de su madre en los medios. Ambas han afirmado en varias ocasiones que su intención es preservar la memoria de la periodista y continuar con su legado. No obstante, sus constantes apariciones en programas de televisión como “De viernes” y las entrevistas que han concedido a revistas del corazón han generado críticas por parte de la audiencia y de otros periodistas. La percepción de que están “monopolizando” el duelo y el dolor por la pérdida de su madre ha provocado rechazo en algunos sectores del público.

El hecho de que Terelu y Carmen Borrego sigan apareciendo en programas de televisión para hablar del fallecimiento de su madre y de cómo ha sido este primer año sin ella ha sido interpretado por algunos como una estrategia para mantenerse relevantes en los medios y, al mismo tiempo, obtener ingresos. Esta situación se ha agravado con la participación de Alejandra Rubio, nieta de María Teresa, en programas de televisión, donde también se ha abordado el tema de la muerte de su abuela y las consecuencias que ha tenido en su vida personal.

Uno de los temas que más controversia ha generado en torno a la familia Campos es la relación entre Carmen Borrego y su hijo, José María Almoguera. La aparición de Paola Olmedo, ex pareja de José María y madre de su hijo, en la revista “Semana” revelando detalles íntimos de su relación con la familia Borrego, ha añadido más leña al fuego en lo que ya era una situación delicada. Según Olmedo, Carmen Borrego no ha mostrado interés por su nieto ni por su exnuera, y ha utilizado la situación personal de su hijo para obtener beneficios mediáticos.

Estas declaraciones han causado un revuelo mediático y han puesto en entredicho la imagen de Carmen Borrego como una madre y abuela preocupada por el bienestar de su familia. Además, han aumentado las sospechas de que la familia Campos está más interesada en capitalizar el drama familiar que en resolver los problemas en privado.

Alejandra Rubio, la nieta de María Teresa, también ha sido parte activa en la cobertura mediática del primer aniversario del fallecimiento de su abuela. Recientemente, Rubio se incorporó al programa “Vamos a ver” de Joaquín Prat, donde ha sido protagonista de algunos momentos polémicos. Prat le advirtió públicamente que debía centrarse en su trabajo y no utilizar el programa para vender aspectos de su vida personal que no aportaban al contenido del espacio.

A pesar de estos consejos, la participación de Alejandra en el programa no ha generado los resultados esperados en términos de audiencia. Los datos mediocres obtenidos por Telecinco en los últimos meses, con programas como “El rival más débil” (6%) o “Babyone Show” (4%), reflejan una crisis de audiencia que afecta no solo a los programas en los que participa la familia Campos, sino a la cadena en general. La falta de innovación y la sobreexposición de ciertos personajes en la programación parecen haber provocado el agotamiento del público.

El legado de María Teresa Campos, una periodista que dedicó su vida a la comunicación y al entretenimiento de calidad, está siendo revisitado bajo una luz crítica a causa de las acciones de su familia. Si bien es cierto que las hijas de la periodista han expresado su deseo de honrar su memoria, la forma en que lo están haciendo ha generado dudas sobre si realmente están protegiendo ese legado o, por el contrario, lo están explotando en exceso.

Algunas voces cercanas a María Teresa Campos, incluidas amigas íntimas, han expresado su malestar por el hecho de que el duelo por su muerte parece haber sido monopolizado por Terelu y Carmen. Según estas personas, ellas también eran cercanas a la comunicadora y han sentido que no se les ha permitido expresar su dolor o participar en los homenajes de la misma manera que las hijas de la periodista. Este “monopolio del duelo” ha generado críticas y ha abierto un debate sobre hasta qué punto es ético lucrarse con la muerte de un ser querido.

A medida que pasan los meses, la reacción del público hacia las apariciones mediáticas de Terelu, Carmen y Alejandra ha ido cambiando. Lo que en un principio se percibía como un homenaje sincero a la figura de María Teresa Campos, ahora es visto por muchos como una explotación excesiva de su imagen y de los sentimientos de sus familiares. Este cambio de percepción ha afectado no solo la popularidad de las hijas de María Teresa, sino también los niveles de audiencia de los programas en los que participan.

Telecinco, una cadena que ha sido hogar de muchos de los programas protagonizados por la familia Campos, está atravesando uno de sus peores momentos en términos de audiencia. Los directivos de la cadena están preocupados por la deriva que está tomando la programación y, en particular, por el impacto negativo que las controversias familiares están teniendo en los datos de audiencia.

El primer aniversario de la muerte de María Teresa Campos ha servido como punto de inflexión para evaluar no solo el legado de la periodista, sino también el comportamiento de su familia en el último año. Aunque es comprensible que el duelo y la pérdida de un ser querido generen dolor y emociones intensas, la exposición pública de este proceso ha generado más preguntas que respuestas. ¿Hasta qué punto es legítimo que una familia famosa utilice la muerte de un ser querido para mantenerse en el foco mediático? ¿Es ético lucrarse con el dolor y el duelo?

A medida que la familia Campos sigue protagonizando programas y especiales sobre la vida y la muerte de María Teresa, el público y los medios continuarán debatiendo sobre las implicaciones de esta situación y el impacto que puede tener en la memoria de una de las grandes figuras de la televisión española.