Scarlett Johansson fue acusada de “blanqueo” (actores blancos interpretando papeles no blancos) por aceptar un papel en una popular serie japonesa.

En 2015, tras su éxito en “Lucy” y “Avengers: Age of Ultron”, Scarlett Johansson fue elegida para una adaptación en acción real de “Ghost in the Shell”. La franquicia japonesa se basó en la serie de manga de Masamune Shirow que sigue el movimiento ciberpunk, que profundiza en la frontera filosófica entre el hombre y la máquina.

Cuando DreamWorks, de Steven Spielberg, adquirió los derechos de la serie, el proyecto parecía destinado a ser un gran éxito. Sin embargo, la aceptación por parte de Scarlett Johansson del papel de la Mayor Motoko, una soldado cíborg con cerebro humano y cuerpo cibernético que, según todas las descripciones, es un personaje asiático, generó una crisis de relaciones públicas.

La decisión del reparto provocó un escándalo público, y muchos fans afirmaron que una actriz asiática debería interpretar el papel principal de “Ghost in the Shell”. Su argumento se basaba en la trama de una historia ambientada en una ciudad ficticia de Japón y creada por un artista japonés.

A medida que el clamor se intensificaba, la actriz nacida en Manhattan fue acusada de “blanqueo” (actores blancos que interpretan papeles no blancos) por aceptar un papel en una popular serie japonesa.

Las cosas rápidamente se complicaron cuando ScreenCrush informó que los productores de “Ghost in the Shell” probaron efectos visuales en Scarlett Johansson para hacerla parecer ligeramente asiática.

Poco después, Paramount Pictures publicó un comunicado reconociendo que se realizaron las pruebas, pero dijo que se aplicaron a un actor secundario, no a Johansson.

El comunicado decía: “Se realizó una prueba relacionada con una escena específica para un actor secundario, que finalmente se descartó. No se realizó absolutamente ninguna prueba de efectos visuales en el personaje de Scarlett y no tenemos planes futuros de hacerlo”.

Cuando Scarlett Johansson fue confrontada con la acusación de “blanqueo”, se negó a hablar sobre la raza de Major, pero en cambio destacó la oportunidad innovadora para que una mujer lidere una franquicia. En una entrevista con Marie Claire, dijo: “La diversidad es importante en Hollywood y nunca querría sentir que estoy interpretando un personaje que es ofensivo”.

Johansson continuó: “Tener una franquicia con una protagonista femenina al mando es una oportunidad única. Sin duda, siento la enorme presión que eso implica, el peso de una propiedad tan grande sobre mis hombros”.

Johansson volvió a defender su interpretación del papel en una entrevista para Good Morning America, diciendo: “Nunca intentaría interpretar a una persona de una raza diferente, obviamente”.

Sin embargo, la controversia desanimó al público, lo que llevó a la película a fracasar en la taquilla. Según Box Office Mojo, Ghost In a Shell recaudó 40,5 millones de dólares frente a un presupuesto de 119 millones de dólares en Estados Unidos. La película recaudó un poco más de 169 millones de dólares en todo el mundo.