La entrada de la Princesa Leonor a la Academia Naval de Marín ha sido un evento cargado de simbolismo y significado para la institución monárquica española. A sus 18 años, la heredera al trono ha dado un paso decisivo en su formación castrense, lo que no solo refuerza su preparación para el futuro como reina, sino que también la posiciona como una figura destacada dentro de la Casa Real. Este evento, además, ha sido marcado por una decisión inesperada pero altamente valorada: Leonor ha rechazado recibir la asignación mensual que cada cadete de la Academia recibe, lo cual asciende a aproximadamente 480 euros. Este gesto ha sido interpretado por muchos como una señal de su compromiso y sentido de la responsabilidad, un gesto que la aleja de cualquier apariencia de privilegio innecesario y la acerca más al pueblo.