En los recientes Juegos Olímpicos de París, el incidente de Tyler Mislawchuk, un triatleta canadiense, vomitando al cruzar la línea de meta tras la competición de triatlón masculino en el río Sena, ha captado la atención del público y ha suscitado preocupaciones sobre la calidad del agua del famoso río parisino. Sin embargo, la realidad detrás de este suceso es mucho más compleja y sorprendente.