Shakira, una de las artistas más reconocidas a nivel mundial, se encontraba en su estudio en Miami, sumergida en la producción de su próximo álbum. Como siempre, estaba concentrada en los detalles que han caracterizado su carrera musical: la búsqueda incansable de la perfección. De repente, su celular vibró, rompiendo la burbuja de creatividad en la que estaba inmersa. Al principio, pensó en ignorarlo, pero una sensación extraña la impulsó a mirar. El mensaje provenía de uno de los directores de su Fundación Pies Descalzos: “Urgente. Llamar cuando puedas. Es sobre uno de los niños de la fundación.”