En las últimas semanas, se ha intensificado una narrativa inquietante en torno a la reina Letizia y su relación con la familia real española. Los titulares han comenzado a sugerir que existen movimientos orquestados desde Zarzuela y por el rey Felipe VI para apartar a Letizia de su familia, especialmente tras las recientes fotos del monarca junto a su hermana, la infanta Cristina. Esta situación ha provocado un torrente de especulaciones, teorías conspirativas y análisis mediáticos sobre lo que podría estar sucediendo detrás de las puertas cerradas del Palacio de la Zarzuela.

El episodio que ha despertado más comentarios sucedió durante la boda de Victoria López Quesada, ahijada del rey Felipe, y Enrique Moreno, celebrada en la finca Sotomonzana. En este evento, las cámaras captaron al rey Felipe y a la infanta Cristina llegando juntos, sentados uno al lado del otro en el coche. Felipe conducía un Lexus, mientras que Cristina ocupaba el lugar del copiloto, un asiento que, bajo otras circunstancias, podría haber sido ocupado por Letizia. Sin embargo, Letizia no estaba presente; se encontraba en París, lo que avivó los rumores sobre una separación física y emocional de la reina con respecto a su familia política.

La imagen de Felipe y Cristina juntos es significativa, ya que marca un momento de reconciliación visible entre los dos hermanos después de años de distanciamiento, en gran parte debido al escándalo de corrupción que involucró a Iñaki Urdangarin, el exesposo de Cristina. En 2015, Cristina fue despojada de su título de duquesa de Palma y, durante años, vivió en la sombra, marginada por la casa real. Su participación en la boda, vestida elegantemente por el diseñador Lorenzo Caprile, y su aparición junto a su hermano Felipe en un evento familiar de alto perfil sugieren que está recuperando su lugar en la familia real, al menos públicamente.

La ausencia de Letizia en la boda y la decisión de Felipe de asistir con su hermana han generado todo tipo de interpretaciones. Algunos medios han especulado que Letizia estaba completamente informada de la situación y que su viaje a París fue planeado estratégicamente para permitir que Felipe y Cristina presentaran una imagen de unidad familiar sin su presencia. Otros, sin embargo, han sugerido que este podría ser un “golpe” simbólico de Felipe hacia su esposa, una manera de mostrar que la relación de Felipe con su familia de sangre sigue siendo prioritaria, independientemente de los deseos o las tensiones con Letizia.

La periodista Pilar Eyre, conocida por su cobertura de la familia real española, ha sido una de las voces más críticas en este asunto. Eyre ha señalado en su columna en la revista Lecturas que el distanciamiento de Letizia no es nuevo, y que hay múltiples ejemplos de la falta de interacción entre ella y otros miembros de la familia real, especialmente Cristina. En su artículo, que llegó a la portada de la revista, Eyre afirma que Letizia ha sido “apartada de la familia del rey”, aunque deja abierta la pregunta de si esto ha sido por su propia decisión o como resultado de maniobras internas en Zarzuela.

En los últimos meses, los observadores de la realeza han notado un acercamiento gradual entre Felipe y Cristina. A pesar de que en años anteriores apenas interactuaban en público, como en el funeral de su tía, la infanta Pilar, o en la entrega de becas de la Fundación La Caixa, donde Felipe y Cristina ni siquiera se sentaron cerca ni intercambiaron palabras, la boda de Victoria López Quesada parece haber marcado un punto de inflexión. Algunos medios han señalado que este momento fue cuidadosamente planeado para enviar un mensaje claro de unidad familiar, especialmente en un momento en que la familia real ha estado bajo escrutinio debido a diversos escándalos y tensiones internas.

No es solo la presencia de Cristina lo que ha llamado la atención. Los hijos de la infanta, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene Urdangarin, también han comenzado a aparecer más en eventos familiares, lo que sugiere un intento de “blanquear” su imagen después del escándalo de corrupción que afectó a su padre. Aunque los jóvenes Urdangarin no han estado involucrados en controversias personales, su aparición en eventos familiares podría interpretarse como parte de una estrategia de la familia real para mostrar una imagen más amplia y unida.

A lo largo de su tiempo como reina consorte, Letizia ha sido una figura polarizadora dentro de la familia real y para el público en general. Aunque muchos la consideran una mujer moderna y profesional, también ha habido críticas sobre su aparente frialdad y su supuesta falta de conexión con ciertos miembros de la familia, especialmente con la reina emérita Sofía y la infanta Cristina.

Desde que Letizia se casó con Felipe en 2004, los medios han documentado múltiples episodios de tensión entre ella y otros miembros de la familia real. Uno de los momentos más notorios fue el incidente durante la misa de Pascua en 2018, cuando Letizia fue filmada aparentemente bloqueando a la reina Sofía para que no posara para una foto con sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Este episodio fue ampliamente comentado y considerado como un síntoma de las tensiones subyacentes entre Letizia y la familia del rey.

Otro punto de fricción ha sido la relación de Letizia con los hijos de Cristina. Según algunos informes, Letizia ha mantenido una distancia deliberada entre sus hijas, Leonor y Sofía, y sus primos Urdangarin, lo que ha alimentado la narrativa de que la reina prefiere mantener a su familia nuclear separada del resto de la familia real. Aunque las hijas de Letizia tienen una relación cercana con las otras nietas de la reina Sofía, como Carla Vigo, hija de Telma Ortiz, las interacciones con los Urdangarin han sido más limitadas.

Esto ha llevado a muchos a especular que Letizia podría estar jugando un papel en el distanciamiento de la familia real, algo que la periodista Pilar Eyre también ha sugerido. Eyre ha afirmado que Letizia, consciente de la problemática situación de los Urdangarin, ha preferido mantener a sus hijas alejadas de cualquier posible controversia que pudiera surgir de la relación con sus primos paternos.

Dado el delicado estado de la monarquía española en los últimos años, con las controversias que rodean al rey emérito Juan Carlos I y los constantes rumores sobre tensiones internas, no sería sorprendente que la familia real esté intentando proyectar una imagen más unida y fuerte. La presencia de Cristina junto a Felipe en un evento familiar público podría ser parte de este esfuerzo. Sin embargo, la ausencia de Letizia en este contexto plantea preguntas incómodas sobre su lugar en esta dinámica familiar y sobre el futuro de la monarquía española.

En última instancia, la familia real española, como muchas otras monarquías en Europa, está luchando por adaptarse a los tiempos modernos mientras mantiene las tradiciones y la estabilidad. En este proceso, la reina Letizia ha tenido que navegar por aguas turbulentas, equilibrando su papel como figura pública, madre y esposa en una institución que, por definición, está impregnada de protocolos rígidos y expectativas tradicionales. La pregunta que muchos se hacen ahora es si Letizia seguirá desempeñando su papel en este tablero monárquico o si, como sugieren algunos titulares, está siendo lentamente apartada de la familia real.