En las últimas semanas, la disputa entre Shakira y Gerard Piqué ha vuelto a ocupar los titulares debido a nuevos conflictos relacionados con su lujosa propiedad en Barcelona, la crianza de sus hijos y la tensión generada por la presencia de la actual pareja de Piqué, Clara Chía. A pesar de que ambos han tratado de mantener una postura pública de calma desde su separación, los recientes acontecimientos han dejado en claro que los problemas entre ellos no han terminado, y la situación sigue siendo tensa.

Uno de los principales motivos de la reciente tensión entre Shakira y Piqué es la lujosa propiedad que ambos compartieron durante su relación en Barcelona, situada en Esplugues de Llobregat. La casa, que tiene un valor estimado inicialmente de 15 millones de euros, ha sido una fuente constante de conflictos entre los dos, principalmente debido a su mantenimiento, la gestión de su uso y las tensiones sobre su eventual venta.

La propiedad, construida durante los primeros años de su relación, es una verdadera mansión que incluye tres casas diferentes dentro de la misma parcela. Además, cuenta con una piscina, gimnasio, cancha de pádel, sala de cine y un amplio jardín. A lo largo de los años, ambos estuvieron muy involucrados en su diseño y construcción, lo que hace que ahora sea aún más difícil resolver los problemas relacionados con su posesión y venta.

Jordi Martin, un periodista cercano a la situación, reveló en el programa “El Gordo y La Flaca” que la propiedad no está a nombre de Shakira, sino que pertenece a una sociedad limitada de la que forma parte el padre de Piqué, Joan Piqué. Sin embargo, según los acuerdos legales entre Shakira y Gerard Piqué, la cantante barranquillera posee el 50% de la propiedad, lo que complica cualquier transacción relacionada con su venta.

El conflicto no se limita solo a los aspectos financieros y legales de la casa, sino también a cuestiones emocionales y prácticas. A pesar de que Shakira ya no vive en Barcelona tras mudarse a Miami con sus hijos, Milan y Sasha, sigue utilizando la propiedad cuando visita la ciudad. Esto ha sido motivo de fricción, especialmente porque la barranquillera ha expresado su incomodidad con la idea de compartir la casa con Clara Chía, la actual pareja de Piqué.

Según Martin, cada vez que Shakira llega a Barcelona y planea alojarse en la casa, exige que se realicen labores de limpieza profunda para eliminar cualquier rastro de Clara Chía, incluyendo la supuesta eliminación de su perfume en los espacios. Esta situación ha llevado a que la relación entre Piqué y Shakira se deteriore aún más, y las discusiones sobre el uso de la casa han sido constantes.

Piqué, por su parte, se ha enfurecido con la situación, ya que, según fuentes cercanas, él también está interesado en vender la propiedad para poder adquirir una nueva vivienda junto a Clara Chía. Sin embargo, las ofertas que han recibido hasta ahora por la mansión no han alcanzado las expectativas de la pareja, lo que ha prolongado el conflicto. Inicialmente, la propiedad se ofreció en el mercado por 15 millones de euros, pero más tarde bajaron el precio a 12 millones. A pesar de la reducción, las ofertas no han superado los 10 millones de euros, una cantidad que Shakira ha considerado insuficiente y que ha rechazado rotundamente.

Otro frente abierto en la disputa entre Shakira y Piqué son sus hijos, Milan y Sasha. A pesar de su separación, ambos continúan compartiendo la custodia de los niños, lo que implica que Piqué viaja regularmente a Miami para pasar tiempo con ellos, mientras que Shakira también permite que los niños visiten a su padre en Barcelona.

Este acuerdo de custodia ha sido motivo de conflicto, especialmente porque los niños aún son pequeños y queda mucho tiempo antes de que puedan decidir por sí mismos con quién quieren vivir permanentemente. Además, los amigos cercanos de la familia de Piqué han señalado que la relación entre los niños y la nueva pareja de su padre, Clara Chía, no ha sido del todo fluida, lo que ha generado tensiones adicionales.

Jordi Martin también señaló que, en más de una ocasión, los padres de Piqué han hecho comentarios despectivos sobre Shakira delante de los niños, lo que ha causado malestar en la cantante. Según se informa, esta situación ha afectado el bienestar emocional de Milan y Sasha, quienes, según algunas fuentes, han llegado a recibir burlas relacionadas con su madre, lo que ha complicado aún más la ya difícil dinámica familiar.

Gerard Piqué, quien recientemente ha enfrentado desafíos financieros tras retirarse del fútbol profesional, también ha sido afectado por la prolongación del conflicto con Shakira. Aunque continúa involucrado en varios proyectos empresariales, incluyendo la Kings League, un proyecto que no ha alcanzado los niveles de éxito esperados, sus ingresos han disminuido considerablemente en comparación con los días en que era una estrella del FC Barcelona.

La venta de la propiedad compartida con Shakira es vista por Piqué como una forma de mejorar su situación financiera actual y avanzar en su vida junto a Clara Chía. Sin embargo, la negativa de Shakira a aceptar ofertas por debajo de los 12 millones de euros ha dejado a Piqué frustrado y ha generado nuevas tensiones entre ambos.

Los amigos cercanos del exfutbolista han señalado que la situación económica de Piqué no es tan holgada como solía ser, y que la venta de la casa sería clave para poder adquirir una nueva propiedad donde comenzar su nueva vida con Chía. A pesar de esto, Shakira se ha mantenido firme en su decisión de no vender la casa a menos que reciba una oferta que considere justa, lo que ha dejado la situación en un punto muerto.

A medida que pasan los meses, la relación entre Shakira y Piqué parece deteriorarse aún más, y las posibilidades de que ambos lleguen a un acuerdo amigable parecen cada vez más lejanas. La falta de comunicación entre ellos es cada vez más evidente, y los amigos cercanos de ambos han confirmado que las interacciones entre la expareja son prácticamente nulas.

El conflicto por la casa en Barcelona y la crianza compartida de Milan y Sasha siguen siendo los principales puntos de discordia, y no parece haber una solución clara en el corto plazo. Mientras Shakira continúa enfocada en su carrera y en la crianza de sus hijos en Miami, Piqué lucha por estabilizar su vida personal y profesional en Barcelona.

La venta de la propiedad compartida podría ser un paso hacia la resolución de al menos uno de los problemas entre ellos, pero hasta que ambas partes lleguen a un acuerdo, parece que la disputa entre Shakira y Piqué está lejos de terminar.