El mundo de la música pop siempre ha estado lleno de controversias y polémicas, pero pocas han causado tanto revuelo como la reciente acusación dirigida a Sam Smith, el cantante británico conocido por su voz emotiva y su valentía al desafiar las normas de género. Recientemente, Smith ha sido blanco de críticas feroces, con rumores que sugieren que está involucrado en la adoración del diablo, todo esto desencadenado por su atrevida y polémica actuación en los premios Grammy 2023.

La actuación de Sam Smith en los Grammy 2023, donde interpretó su éxito “Unholy” junto a Kim Petras, ha sido catalogada por muchos como una de las más impactantes y provocadoras del evento. Con un atuendo rojo de cuero, acompañado por bailarines vestidos con trajes que evocaban imágenes demoníacas, y coronado con un sombrero de copa con cuernos, Smith llevó al escenario una estética satánica que dejó a muchos boquiabiertos. Kim Petras, por su parte, apareció bailando dentro de una jaula, rodeada de figuras dominatrices que también llevaban elementos satánicos en su vestimenta.

El espectáculo estaba claramente diseñado para impactar y provocar, y logró su objetivo. Las redes sociales se encendieron casi de inmediato, con miles de personas expresando su sorpresa, horror e indignación. Mientras algunos veían en el performance una expresión artística audaz y desafiante, otros lo interpretaron como una glorificación del mal y una afrenta directa a los valores religiosos.

El impacto de la actuación no tardó en reflejarse en las redes sociales, donde una ola de críticas y teorías conspirativas comenzaron a surgir. Los seguidores más conservadores, especialmente dentro de la comunidad cristiana en Estados Unidos, que cuenta con aproximadamente 210 millones de personas, se mostraron particularmente ofendidos. El senador Ted Cruz, conocido por sus posturas conservadoras, no tardó en calificar la actuación como “malévola”, mientras que Marjorie Taylor Greene, una controvertida congresista, la vinculó con teorías de conspiración anti-vacunas, alegando que la actuación estaba relacionada con el “Marca de la Bestia” bíblica.

Algunos comentarios en Twitter llevaron la situación aún más lejos, sugiriendo que la actuación de Sam Smith era una prueba más de que Hollywood está dominado por fuerzas oscuras. Una de las críticas más comunes fue que la industria del entretenimiento parece estar atacando de manera sistemática a la religión cristiana, utilizando imágenes satánicas para provocar y ridiculizar las creencias religiosas de millones de personas.

El hecho de que la actuación estuviera patrocinada por Pfizer, una de las compañías farmacéuticas más grandes del mundo, solo sirvió para alimentar más estas teorías conspirativas. Algunos usuarios de redes sociales, como el influyente conservador Robbie Starbuck, no dudaron en señalar lo “obvio”, afirmando que “Pfizer y Hollywood merecen estar juntos” y sugiriendo que la actuación era una especie de mensaje encubierto.

Ante el torrente de críticas y la creciente presión mediática, Sam Smith decidió romper su silencio. En lugar de disculparse o retractarse, el cantante optó por defender su actuación, argumentando que estaba orgulloso de su identidad y de su trabajo artístico. Smith, quien se identifica como no binario y utiliza los pronombres “they/them”, ha hablado en numerosas ocasiones sobre la importancia de expresarse libremente y de desafiar las normas sociales y de género.

“Cuando vi las palabras ‘no binario’ y ‘genderqueer’ y leí sobre ellas, supe que eso era lo que yo era”, dijo Smith en una entrevista. Esta identificación con una identidad de género no convencional ha sido un pilar en su carrera reciente, y su actuación en los Grammy fue, según ellos, una extensión natural de su evolución artística y personal.

En respuesta a las acusaciones de satanismo, Smith fue directo y claro: “Siempre he sido una persona espiritualmente devota, pero no en el sentido tradicional. La religión no siempre ha sido inclusiva conmigo, y esta actuación fue mi manera de expresar esa desconexión”. Con esta declaración, Smith no solo rechazó las acusaciones de adoración satánica, sino que también ofreció una crítica sutil a las instituciones religiosas que, según él, a menudo excluyen a las personas que no se ajustan a sus normas.

Sam Smith no es ajeno a la controversia. Desde que alcanzó la fama mundial con su álbum “In the Lonely Hour” en 2014, Smith ha sido un defensor vocal de los derechos LGBTQ+ y ha utilizado su plataforma para hablar sobre temas como la identidad de género y la aceptación. Sin embargo, esta misma postura ha provocado críticas y rechazo, especialmente por parte de sectores más conservadores de la sociedad.

Uno de los momentos más recientes de controversia antes de los Grammy fue el lanzamiento del video musical de su canción “I’m Not Here to Make Friends”. El video, que presenta una serie de cambios de vestuario opulentos y provocativos, incluyendo corsés, plumas y pasties, fue rápidamente tildado de “vulgar” y “hipersexualizado” por algunos críticos. Dominic Samuels, una personalidad de televisión británica, fue uno de los que más criticó el video, argumentando que “Sam Smith es un ejemplo perfecto de lo que la cultura degenerada de Hollywood hace a las personas”.

Este tipo de críticas no son nuevas para Smith, quien ha sido acusado en varias ocasiones de “usar su sexualidad como un disfraz” y de “imponer” su identidad no binaria al público. A pesar de las críticas, Smith ha mantenido su postura, defendiendo su derecho a expresarse y a desafiar las expectativas.

Mientras que algunos en la industria de la música y el entretenimiento han salido en defensa de Smith, argumentando que su actuación fue una declaración artística válida y poderosa, otros han expresado su preocupación por la dirección que está tomando la industria. Personalidades como Piers Morgan han descrito la actuación como “una de las más aterradoras que he visto”, sugiriendo que podría estar empujando los límites de lo que es aceptable en la televisión en horario estelar.

Por otro lado, fans de Smith han expresado su apoyo incondicional, alabando al cantante por su valentía y por su disposición a desafiar las normas. Para muchos, la actuación en los Grammy no fue más que una extensión de la lucha de Smith por la aceptación y la visibilidad de las personas no binarias y LGBTQ+ en general.

Un aspecto importante a destacar es que, a pesar de la controversia, Sam Smith y Kim Petras hicieron historia en los Grammy. Smith se convirtió en el primer artista no binario en ganar en la categoría de Mejor Interpretación de Grupo Pop, mientras que Petras se convirtió en la primera mujer trans en llevarse el galardón. Este logro, aunque eclipsado por la controversia, es un hito significativo para la representación LGBTQ+ en la música.

A pesar del éxito en los Grammy y de las respuestas públicas de Smith, las críticas no han cesado. Muchos conservadores siguen condenando la actuación y las posturas de Smith, acusándolo de promover valores que consideran dañinos para la sociedad. En particular, la imagen satánica que Smith presentó en los Grammy ha sido un punto focal en la discusión, con algunos llegando a sugerir que Smith y otros artistas están deliberadamente tratando de corromper a los jóvenes y de desensibilizar al público frente a imágenes demoníacas.

Sin embargo, es importante recordar que el arte, por su naturaleza, siempre ha sido un terreno de controversia y desafío. Los artistas, desde tiempos inmemoriales, han utilizado su trabajo para cuestionar las normas sociales, para provocar y para explorar los límites de lo aceptable. En este sentido, la actuación de Sam Smith en los Grammy puede verse como parte de esta tradición artística, una declaración audaz que, aunque divisiva, ha cumplido su propósito de generar debate y reflexión.

La pregunta que muchos se hacen es si la actuación de Sam Smith fue simplemente una estrategia de marketing diseñada para generar polémica y, por ende, aumentar las ventas y la popularidad, o si fue una genuina expresión artística. Es probable que sea una combinación de ambas. En la era de las redes sociales, donde la atención es una moneda valiosa, las controversias pueden ser una herramienta poderosa para captar la atención del público. Pero al mismo tiempo, Sam Smith ha demostrado ser un artista que no teme desafiar las expectativas y que utiliza su plataforma para explorar temas importantes y personales.

Al final del día, la actuación de Smith en los Grammy 2023 ha dejado una marca indeleble en la cultura pop, recordándonos una vez más el poder del arte para provocar, desafiar y, a veces, incomodar. Aunque las críticas persisten, es innegable que Smith ha logrado mantener el foco sobre sí mismo y sobre las cuestiones que considera importantes, reafirmando su lugar como una de las figuras más intrigantes y polarizadoras de la música contemporánea.